Sus bolsos son inconfundibles, maravillosos y llenos de su energía. Conozcamos un poco más sobre su creador, David Angulo.
Por Alida Vergara Jurado.
Con un espíritu nómada, honesto, centrado, simpático y frontal, el reconocido diseñador venezolano David Angulo, me abre las puertas de su casa y me invita a ver sus creaciones y a compartir una deliciosa tarde. Sus bolsos no son desconocidos para casi nadie, pero estar ahí, en donde los diseña y los materializa, sin duda tiene un plus.
David es un tipo abierto, pero cauto al hablar de su vida personal y de su familia. No duda en afirmar que, aunque su espíritu es nómada y no aguanta mucho tiempo en un solo sitio, Caracas es su casa, su base, ese lugar al que siempre vuelve, al que necesita volver.
Deportista y amante de buscar eso que le hace feliz, como algunas prendas de vestir que me confiesa que atesora solo por esa razón. David parece aplicar esa nueva tendencia del Life Hacking, eso de tener lo que necesitas o te aporta alguna conexión positiva, sin sobrecargarse de objetos inútiles ni de energías que no son bienvenidas. Obviamente es un hombre de gusto exquisito y con un estilo que viene en su ADN.
Si bien es diseñador de interiores, y de moda, ha hecho innumerables cursos, hasta en Harvard, porque no deja de aprender y aplicar todo lo que va sumando a su vida. Comenzó su carrera en el diseño de interiores y una vez trabajando en él, inició sus estudios en moda en el Instituto Brivil, para luego continuar en la Escuela Superior de Diseño de Barcelona, estudiando Diseño de Interior; momento en el que ocurre la alquimia que lo ha llevado al lugar en el que se ubica en la moda.
La relación entre su carrera y la moda sin duda se basa en los textiles, pues al principio trabajó en diseño de mobiliario, en interiorismo, de allí que sus primeras creaciones estuvieran confeccionadas en tela en vez de piel.
“Ahora que pasé los cuarenta, no me freno mucho en lo que digo, soy un poco más relajado y disfruto de cosas que tal vez antes no me fijaba”. Adora viajar, caminar, disfrutar de vistas y paisajes, mezclarse entre las personas y “vivir” cada lugar que visita, que por sus relatos, no deben quedar muchos destinos paradisíacos pendientes.
LOS BOLSOS QUE MARCARON UN HITO
Bajo el nombre de su firma «By David Angulo», presenta una propuesta única de carteras y bolsos con un estilo particular, versátil e irreverente.
David es reconocido internacionalmente por sus bolsos, sobre todo ese que parece grande con las asas incorporadas de manera tal que cuando se toma por el brazo, se incorpora tan armónicamente que toma la forma de quién lo lleva.
Entre sus estampas favoritas siempre está el camo, ese “camuflaje” que ha llevado al top de la tendencia al intervenirlo con parches, teñidos que van en degradé haciendo cada bolso un one-of-a-kind, y que, como si fuera poco, le dan un toque chic y neutro, ya que pueden usarlas tanto hombres como mujeres.
Aunque la disponibilidad de materiales a veces no sea la mejor, David diseña y se inspira en función a la realidad, a lo que se va consiguiendo. En cuanto a cueros: italianos, argentinos, colombianos, brasileros, e incluso venezolanos.
Sin embargo maneja diseños exclusivos en cocodrilo y en pitón. Con respecto a este tema, David comenta que los cocodrilos son de granjas especializadas en su cría, en donde se aplican controles sobre su ecosistema que redundan en su protección y conservación. Y rescata que sus diseños están basados en la sustentabilidad, en contra del consumismo, razón por la que crea piezas absolutamente atemporales.
Entre sus más recientes diseños se incluyen sus clásicos bolsos, unas versiones más pequeñas, backpacks, uno perfecto para una tablet, rubber bags y una pequeña que se adapta a varias funcionalidades. La mayoría reversibles, lo cual aporta literalmente dos versiones de la misma cartera.
Si hacemos un recorrido por la lista de reconocidas figuras del ámbito internacional que lucen sus bolsos, destacan Thalía, J Balvin, Victoria Beckham, Naomi Campbell, entre tantos otros.
Periodista y RRPP.
Columnista en The Wynwood Times:
Entre gustos y tendencias