Entrevista realizada por Richard Rey.
El “cura millennial” es uno de los tantos calificativos con que los medios de comunicación en gran parte del mundo lo han llamado. A sus 34 años este cura capuchino ha conseguido la atención no solo de fieles sino de la prensa internacional gracias a su programa “Vivir el Evangelio”, una idea que se inició como un sencillo micro de un minuto por Instagram y que ahora ya se ha extendido al resto de las redes sociales y distintos medios internacionales.
Cuando hablas con él es imposible no asociarlo con la tierra de las gaitas, los patacones y Lila Morillo, pues su gentilicio “maracucho” se desborda en sus palabras. Es actualmente el párroco de la Iglesia de La Chiquinquirá, ubicada en la urbanización La Florida de la ciudad de Caracas y sus misas logran abarrotar el recinto, pues además goza de un carisma y presencia que en su momento le valió quedar en el casting del “Chico Zulia”, un concurso preliminar para la participación en el “Mr. Venezuela” pero del cual no conserva una grata experiencia.
No se visualiza como Cardenal o Papa, lo de él es envejecer disfrutando de los bucólicos paisajes de algún pueblito tradicional en nuestro país.
A la Chinita le pediría el deseo de que desapareciera al régimen que tiene sumida a Venezuela en la peor de las crisis de su historia. No toma café y mantiene una constante ayuda alimentaria para los más necesitados de su parroquia.
Y en esta oportunidad nos concedió unos minutos de su atareado tiempo para conversar francamente de distintos temas y permitirnos conocer más al Fraile-Sacerdote (pues, como él siempre expresa, viene en combo) y también acercarnos un poco a la dimensión humana de este joven “cura viral”, que siempre se despide con la frase “Paz y Bien” y cuyos fieles llaman Fray Luis y sus seguidores identifican como @flas7.0
“Yo diría que fue una niñez privilegiada porque mi papá siempre me daba todo lo que yo necesitaba”
– Comencemos por conocer un poco sobre tu pasado. Háblanos de la infancia del Fray Luis Antonio.
– ¡¡Berrooo!! No sabía que era entrevista de personalidad (Risas) Bueno a ver… Mi infancia fue bastante tranquila dentro del núcleo de una familia pequeña compuesta por papá, mamá y mi hermana. Estudié en una escuela arquidiocesana del barrio El Callao –vía Perijá– donde vivía. Yo diría que fue una niñez privilegiada porque mi papá siempre me daba todo lo que yo necesitaba.
– ¡Eras el menor de los hermanos?
– Sí.
– ¿Quizás por ello fuiste más consentido?
– Exactamente.
– Naciste en Maracaibo. ¿Qué diferencia hay entre un zuliano y un maracucho?
– Simple. Que los de Maracaibo somos la “pepa del queso” porque nacimos en la ciudad. (Risas).
– ¿En qué momento sentiste la vocación de seguir el camino de la religión?
– Desde los quince años, más o menos, empecé a moverme en el ámbito religioso y ya a los dieciocho tuve la certeza de que era el camino que quería seguir.
– Pero según leí, también estuviste participando en un concurso de belleza masculina de tu región, ¿Cómo fue ese cuento?
– Sí, hice el casting de “Chico Zulia” y quedé, pero luego me retiré por problemas con la misma organización.
– ¿Qué tipo de problemas?
– Que me querían inyectar esteroides y yo dije que no. Yo estaba delgado, no tan papeao, como se dice coloquialmente y me rehusé. Además yo tenía 17 años y aunque la organización insistió yo alegué que era menor de edad y al final desistieron y me salí porque yo no comulgaba con esos procedimientos.
– ¿Y por qué escogiste la orden de los Frailes Franciscanos?
– Es que ahí fueron mis inicios. Yo pertenecía a la Juventud Franciscana, que es un movimiento juvenil. Ahí conocí los preceptos Franciscanos y fue el carisma que respondió a todas mis ansias y necesidades, a todo lo que yo sueño dentro de esta vocación.
“Ahí conocí los preceptos Franciscanos y fue el carisma que respondió a todas mis ansias y necesidades”
– Ahora bien. Te has convertido en un Fraile Millennial, en un Cura Youtuber, en un Padre 2.0 gracias a la exposición que has capitalizado en las RR.SS. ¿Cómo surgió esa idea de “Vivir el Evangelio”?
– Mira, surgió porque un joven de la parroquia donde estoy, que es la Iglesia de La Chiquinquirá en La Florida (Caracas), me pidió que utilizáramos mi red social, –que tenía… no sé, cinco mil seguidores en mayo del 2018– para hacer un video de evangelización donde pudiésemos llegar a más gente de la que llegamos en las cuatro paredes de la iglesia. Y el chamo pues me insistió e insistió, porque la verdad yo no estaba muy interesado en la idea de hacer un video donde explicáramos el evangelio en un minuto –que era lo que permitía Instagram para ese momento– y bueno con desinterés o no, se dio y comenzamos con este sueño loco compartido que inició en un sótano con mal sonido, mal audio y mala luz. El trípode eran biblias sobrepuestas, fue una cosa bien sencilla pero resultó genial, fue una maravilla. Luego lo hemos ido perfeccionando porque la gente lo recibió muy bien, lo agradecen y valoran, así que se ha convertido en una gran bendición.
– ¿En algún momento te imaginaste que esta iniciativa iba a alcanzar un protagonismo público tan importante que trascendería tu imagen internacionalmente?
– No. Sinceramente, no. Nosotros lo hicimos que si “bueno vamos a darle play a ver qué tal”, pero nunca fue algo de que (con voz de político en campaña) “Este es un proyecto que estamos sacando con el objetivo de alcanzar la masa global” (risas), no, para nada. Y sin embargo actualmente “Vivir el Evangelio” que es mi micro bandera, por así decirlo, está en la radio, está en televisión –en la televisión internacional inclusive– y en todas las redes sociales. Esto se extendió sobremanera.
“Yo creo que el ego se controla sabiendo que hoy estoy arriba y mañana estoy abajo”
– Sin duda. Te han entrevistado medios muy reconocidos como la BBC, Reuters, EuroNews, CNN, People en Español. Has participado en programas para cadenas como Telemundo y Univisión. ¿Cómo lidia el Fray Luis Antonio Salazar con el ego?
– Mira. Yo creo que el ego se controla sabiendo que hoy estoy arriba y mañana estoy abajo. Estoy claro que los medios de comunicación así como te pueden subir porque te admiran y dicen que uno es un cura chévere, o lo que sea, también te pueden bajar de ese pedestal. Y por supuesto me ubica el hecho de entender que yo no soy un artista, yo soy un religioso. Lo primordial en mi vida es mi labor en el sacerdocio. Ya el hecho de estar públicamente más expuesto es un agregado, pero siempre teniendo claro que puedo estar hoy como ya mañana no.
También considero que cuando uno tiene los objetivos claros en la vida nada te desvía, ¿ok?
Mi objetivo en la vida es ser Fraile Chapuchino y Sacerdote –porque yo vengo en combo– (risas). Entonces todo lo demás puede distraer la mirada pero no me puede desviar de mi objetivo principal. Porque cuando ya tú estás claro en tu misión lo demás ya no es relevante.
– ¿Y cómo ha acogido la Iglesia tradicional que un fraile use las RR.SS. para evangelizar?
– Pues yo creo que lo ha acogido bien. Más bien ha sido algo impresionante porque la Iglesia lo ha apoyado y lo ha aplaudido. Hasta el Cardenal me llamó para hacer una misa juntos.
– Apartando un poco lo del show, ¿qué ha sido lo más difícil que te ha tocado enfrentar en tu labor religiosa?
– Jajaja, bueno la gente es la que lo ha convertido en show. Yo no hago show. Mira, yo creo que lo más difícil es el tratar diariamente de ser coherente entre lo que predico y lo que hago. Entre lo que soy y lo que vivo. Es un vivir constante en coherencia, por eso me exijo muchísimo
– Ciertamente es algo difícil, más aun viviendo en un país con tantas incoherencias como le ha tocado padecer a Venezuela en los últimos años.
– Así es. Y la gente se da cuenta. Cuando el cura dice una cosa y después hace otra la gente lo percibe. Hay que vivir lo que predicas.
“Eliminar el comunismo y el socialismo de Venezuela. ¡Ya! Más nada”
– Entrando un poco en el aspecto social de nuestro país. ¿Cree el Fray Luis Antonio que podemos salir de la crisis en Venezuela solo con fe?
– A ver… Es la fe en primer lugar, pero también hay que ejercitar esa fe. “Fe sin obras es una fe muerta”, lo dice la Biblia. Entonces de nada me vale a mí tener una fe intachable si al final del día yo como persona no la ejerzo, no la practico.
– ¿Y qué opinas de la postura rígida de la Iglesia Católica en temas como el aborto o la homosexualidad en contraposición con acciones para encubrir a curas pederastas?
– Ya va. Porque me estás mezclando el aborto con homosexualidad y con curas pederastas. (Risas). A ver… lo primero. A veces tenemos tabúes a algunos temas. Por ejemplo para la iglesia católica el aborto es un asesinato, punto. Ahí no hay medias tintas. Así te hayan violado, así venga un niño enfermo, etc. El aborto es asesinato del feto. Asesinato de un ser vivo en potencia.
Luego hay que aclarar que para la iglesia católica el ser homosexual no es pecado. Mas sin embargo el libertinaje homosexual ¡ah, eso sí! Por ejemplo si vos me decís: “Fray Luis, yo soy homosexual”; bueno pero vos no sois pecador por ser homosexual. ¿Ok? Vamos a diferenciar los términos.
Con el tema de la pedofilia o la pederastia la iglesia católica ha sido bastante fuerte y bastante frontal en los últimos años, sobre todo con el Papa Benedicto y el Papa Francisco, tanto que el cura que haya sido pederasta debe ser suspendido y puesto a régimen de la ley del lugar. Que pague el crimen que ha hecho producto de la enfermedad que padece, porque eso también hay que decirlo, el ser pederasta es una enfermedad psicológica, patológica, por eso la iglesia en estos últimos años ha sido muy fuerte con el tema y más fuerte aún con los cómplices o los que se hacen de la vista gorda.
Pero también quiero destacar que de la población mundial de curas el 0,1% son los que han presentado esa desviación. Entonces toman eso como bandera y uno sale a la calle y le gritan pedófilo. ¡Pero ya vaaa!, si yo no estoy enfermo, yo estoy haciendo mi trabajo, dando misas y ayudando a la gente y me vienes a gritar. Eso es como decir que porque tuviste una experiencia negativa con un médico con una mala praxis, entonces a todos los médicos los voy a calificar de “matasanos” y a gritarles en la calle. ¡Ya vaaa! (Risas).
– ¿Tengo entendido que, como buen maracucho, eres devoto de la Virgen de La Chinita?
– ¡Clarooo! Me ordenaron de cura en la Basílica, a petición mía, por ser el primer cura capuchino de Maracaibo.
– Entonces te voy a hacer esta pregunta hipotética: ¿Si la Chinita te concediera en estos momentos un solo deseo, qué le pedirías?
– Eliminar el comunismo y el socialismo de Venezuela. ¡Ya! Más nada.
– Amén.
¿Y cómo te visualizas dentro de 30 años, acaso el primer Papa venezolano?
– Nooo, para nada. Amo ser cura de pueblo. Me fascina ser cura de pueblo. De verdad que para mí el ser un Obispo o un Cardenal o Papa, representa una responsabilidad muy pesada que no todo el mundo es capaz de llevar. Yo me visualizo a los 70 años en un pueblito de esos tradicionales, chiquitos, bonitos, del interior del país. De esos donde yo pueda ir a visitar a la gente, donde la gente busque al cura del pueblo para hablar, donde yo tenga que hacer las exequias de un entierro del pueblo, las procesiones del pueblo en semana santa. Eso a mí me place, me satisface.
– Vamos ahora con un sencillo ping-pong de preguntas: ¿El béisbol o el fútbol?
– Ninguno de los dos (risas).
– ¿La Playa o la Montaña?
– Montaña.
– ¿El Cine o el Teatro?
– Ambos.
– El Café, ¿Negrito o con leche?
– Ninguno de los dos. No tomo café, tomo té.
– ¿El “patacón” o la “mandoca”?
– Los dos. (Risas).
– Y ya finalmente: Supongamos que se realiza una película sobre la situación actual de Venezuela. ¿Qué título le pondrías?
– ¡¡Berrooo!! Estoy buscando un título femenino porque Venezuela para mí es mujer. Le pondría… “La muerte y resurrección de la Reina”.
Paz y Bien.
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Actor y cronista teatral
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